En plena judería de la ciudad de Teruel se encuentra este restaurante en el que el vino se convierte en el hilo conductor en un viaje gastronómico basado en la cocina aragonesa que nos lleva por diferentes partes del Mediterráneo y de Europa. Un lugar ideal para ir en pareja o en grupo, pero sobre todo, para ir a disfrutar y descubrir.
Ayer estuve comiendo allí, y os aconsejo que independientemente de lo que escojáis para comer, sea menú diario, menú esencia, menú degustación o alguno de los platos de una carta, os dejéis llevar en cuanto al vino, y disfrutéis de la posibilidad de degustar más de 300 vinos por copas, y dejaros llevar por el buen hacer de Raúl.
Un pequeño aperitivo con "Cecina sobre Pipirana" que abrió la veda de los vinos con un sabor y textura que me transportaron a la cocina de mi abuela, que acompañé con un vino blanco Sigalas de Santorini, muy salino, equilibrado y fresco.
En mi caso, para empezar, una "Croqueta de Pularda con Setas" realmente deliciosa, con la que descubrí el blanco con crianza Kavaleiros de la misma bodega. Más profundo, complejo, un poco menos salino pero con una acidez muy bien integrada.
El segundo aperitivo fue, a sugerencia de Raúl, una "Anguila ahumada sobre crema de baba ganoush" espectacular, con un blanco de la región de Campania, de Costa d’Amalfi, en el que el juego de las cepas bordeando las aguas del mar te da un Mediterráneo diferente, más cálido y de diferente textura.
Con la ensalada la cosa se descontroló y un encuentro con la tradición llegó de la mano de 2 vinos, un Clarete de Ojo Gallo, el Torremilanos y después un vino oxidativo de Monzón, el Zinca d’oro, un vino elaborado en damajuanas a sol y serena, dos joyas que muestran lo importante que es mirar atrás para avanzar.
Después un secreto ibérico que acompañé con un vino de Luis Barrosa del 2012 de la DOC Bairrada, un vino atlántico, con estructura, pero con una frescura y carácter que me dejaran fuera de juega. Comentábamos que alguna gente lo compara con Burdeos, pero en mi modesta opinión, tenemos algo singular, un terreno que interpreta de otra manera este clima atlántico tan especial.
Para terminar, y sin hablaros de otros vinos que caté y delos que no os puedo hablar, un postre, "Tarta de queso semicurado de Albarracín" y frutos rojos, que también acompañé de un vino atlántico, concretamente un vino dulce de Madeira.
Muchas gracias Raúl y a todo tu equipo por un almuerzo inolvidable. Nos hace muy felices tener nuestros vinos en un lugar tan especial como el Yain.
Podéis encontrarlos en:
Yain Restaurante
Plaza de la Judería, 9
44001 Teruel
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